Organizaciones y emprendedorxs de proyectos

Imagino que para las personas que no estén dentro del ambiente gamer, de la creación de contenido o del streaming; entender las diferencias entre los diversos ‘actores sociales’ que funcionan y/o trabajan en ellos es confusa. Es muy probable que para las personas externas a todo esto, sea lo mismo ser gamer que streamer, o influencer que creador de contenido. Les doy un ejemplo para que entiendan un poco más de lo que estoy hablando, sería algo así como confundir a un actor con un productor, o a un maquillador con un guionista, quizás.
Entiendo que no entiendan. El mundo digital está cambiando muy rápido y los trabajos que genera están en construcción ahora mismo.
Y sí, hay diferencias, y a pesar de que no sean tan claras, las funciones y, sobre todo, los objetivos de estos diferentes actores son muy diferentes.
Con esta introducción acerca de lo poco que entiende la mayoría de la sociedad (por desconocimiento) voy a hacer foco en las organizaciones de deportes electrónicos y aquellas personas que trabajan por un proyecto, a veces similar, pero que lo sacan adelante de forma individual.
Entonces, vamos directo a las organizaciones. Una organización de esports es, antes que nada, una marca, por lo cual, tiene un modelo de negocio y un objetivo claro: vender, de la misma forma que la marca ‘coca-cola’ vende coca-colas.
Las estrategias que utilicen y el tono con el que se comuniquen son intrínsecas a su lado comercial. Y este último aspecto, el comercial, hoy está en la mayoría de esos actores que nombré al principio (influencers, streamers, creadores de contenido). Y si no están es porque algo están haciendo mal, porque debería de estar.
Sin embargo, dentro de este ámbito es normal encontrar, también, a personas (emprendedorxs) que estén llevando adelante su propia marca personal, su propio proyecto. En este caso, las personas que hacen este trabajo, lo tienen un poco más difícil porque todos los recursos que se utilizan en una marca de empresa (presupuesto y tiempo, sobre todo) es mucho más complejo de solventar para una sola persona que para una marca de empresa.
Y ustedes me dirán, ‘todo esto ya lo sé, a dónde querés llegar’. Bien, quiero remarcar mi opinión sobre los intereses que hay detrás de las organizaciones. Con frecuencia sólo son monetarios, y claro que en aquella persona que saca su marca personal adelante, también lo es. La diferencia radica en que a las empresas no les importa si una jugadora o un jugador crece, excepto que les genere ingresos, sin embargo, a mi que estoy sacando adelante un proyecto personal sí que me importa (porque yo no tengo intereses, tengo deseos) que las jugadoras de Dota sean reconocidas. Es decir, que las jugadoras sean vistas como personas y no cómo sujetos generadores de dinero.
¿De dónde viene el dinero que éstas empresas tienen para los eventos que llevan adelante? Ese dinero no es caridad.
¿De dónde viene el dinero de aquellos con su propio proyecto? Al principio del propio bolsillo, con la esperanza de que en algún momento sea tan grande el proyecto que pueda generar ingresos de alguna forma.
La diferencia entre una organización y un emprendedor/a es que al segundo no le pagan un sueldo, sino que cree en aquello que está creando, y lo hace con tanta fuerza que si lo hace bien, puede llegar a tener más éxito que una organización. (Pensando en el éxito de muchas maneras y no sólo como reflejo del dinero).
Si vos sos jugadora y estás leyendo este post, no pretendo que rechaces a las organizaciones o les des la espalda; simplemente espero que estas palabras te hagan pensar.
Al resto de lectores y lectoras, les agradezco por leerme.






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